Más que una membresía, un refugio mensual para volver a vos.

Un refugio para la mujer que sostiene… y se olvidó de sostenerse a sí misma.

Estás tan acostumbrada a ser fuerte, a estar para todos, a cumplir, a dar, a sostener…

que quizás ni te diste cuenta de cuánto necesitás un lugar para vos.

Un lugar donde no tenés que liderar, rendir, ni demostrar.

Donde podés descansar, sentir, soltar.

En Sostén, no hace falta que seas nada más que vos.

Acá no te exigimos que seas productiva, positiva, ni perfecta.

Acá te damos lo que rara vez te das:

presencia, cuidado, y espacio seguro.

Este es tu recordatorio de que no estás sola.

De que podés aflojar, confiar, y dejarte cuidar.

De que ser sostenida también es parte del camino.

Sostén no es un lujo.

Es una necesidad que tu alma viene susurrando hace rato.

¿La vas a escuchar?